Dichosas son sus manos y las manos prestadas a Dios, las manos que se abren, extendidas al pobre y al caído, al enfermo.
Dichosas las manos que protegen y acarician a los niños/as, que cuidan y curan las heridas.
Dichosas las manos que levantan y lavan los pies de los hermanos, que estrechan y acarician otras manos amigas.
Por eso hoy, María madre de todos, en este día especial en el que recordamos a todas las madres.
Que tú, pongas tus manos, sobre las nuestras y hagas de mis manos las tuyas para poder seguir día a día acariciando, abrazando así al mundo.
Que pongamos en nuestras acciones la mirada en ellas y sepamos tener presente así a María en el día a día,
"Mujer de MANOS abiertas".
¡Feliz día a todas las Madres, mujeres de manos abiertas al igual que María!
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