viernes, diciembre 25, 2020

 NAVIDAD

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 1-14

Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad.

También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.

En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.
El ángel les dijo: «No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad»  

Palabra del Señor


Celebramos su venida, que inunde nuestros corazones con su PAZ.

¡Feliz Navidad, PAZ y BIEN a tod@s!



domingo, diciembre 20, 2020

IIII DOMINGO DE ADVIENTO

Estamos en el Cuarto Domingo de Adviento... terminamos el camino, en su espera, diciendo al igual que María hágase en mí según tu palabra.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» 

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.

El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.  Palabra del Señor


Hágase en mí según tu palabra, esas palabras de María, con las que nos describe, nos hace palpar así su acogida incondicional a lo que el Señor quiere de ella.

En puertas de celebrar su venida...nosotros a su ejemplo, hemos de pensar y meditar, pasar por nuestro corazón, esas mismas palabras... “Aquí estoy, haz de mi lo que quieras... en favor de tu voluntad”.

En estos días, respira hondo y siente aquello mas interno... como tu puedes ser parte del anuncio, que lugar le dejaras en tu vida.

“El que viene, tendrá un lugar en tu CORAZÓN”  

¡FELIZ ESPERA, PAZ Y BIEN!



domingo, diciembre 13, 2020

 III DOMINGO DE ADVIENTO

Estamos en el Tercer Domingo de Adviento... seguimos en camino, en su espera, celebrando este especialmente la ALEGRÍA.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,6-8.19-28):

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.  Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron: « ¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?»
El dijo: «No lo soy.»
«¿Eres tú el Profeta?»
Respondió: «No.»
Y le dijeron: « ¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Palabra del Señor


“Estad alegres, seguimos en camino en este tiempo de espera... ”

Pero, todavía hoy nos podemos preguntar... ¿En qué consiste esa preparación en concreto? ¿Cómo preparar los caminos al Señor que viene a este mundo en que nos ha tocado vivir?

Nos pide que estemos siempre alegres...dispuestos...pero y hoy en tu cotidianidad, en tu presente, ahora... ¿Cómo estás? ¿Estás dispuesto/a a que el llegue hasta ti?

Te invitamos a pensar en esas luces que están en tu vida, y dar gracias por ellas.

Párate durante esta semana, y piensa cómo puedes ser luz en tus ambientes.

Que sea este tiempo de cambio, el que haga que sintamos aquello que anéele nuestro corazón y sea guía en nuestra vida, para serlo también en los que nos rodean.

¡FELIZ ESPERA, PAZ Y BIEN!



sábado, diciembre 05, 2020

II DOMINGO DE ADVIENTO

 Estamos en el Segundo Domingo de Adviento... seguimos en camino, en espera...

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,1-8):

 Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.”»

 Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»  

Palabra del Señor


Juan nos trasmite: “Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo”. Nos invita a seguir en camino preparándonos para recibir a aquel que viene, en este tiempo de espera.

Te proponemos en esta segunda semana, detente por un instante cada día y piensa como estas preparando tu corazón, para la vivencia de los días que se aproximan.... aunque por la situación que esta asolando nuestro mundo, nuestra sociedad, nuestros ambientes cotidianos... aun así el, viene, viene siempre... ¿Cómo esta tu corazón? ¿Le dejaras lugar?...aun lejos, pero cerca... ¿Dónde y cómo abrir caminos a Dios en nuestras vidas?.


Detente un poco a pasar por tu corazón aquellos sentimientos que te puedan generar estas palabras del evangelio, “PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, ALLANAD SUS SENDEROS.”

Prepara tu corazón, allí vendrá, aquel que viene siempre.

¡FELIZ ESPERA, PAZ Y BIEN!